Aparcamos el Vehículo en el mismo Puente de las Herrerías e iniciamos esta que es una ruta con unas vistas preciosas.
Partiremos desde aquí mismo
Si quieres más información a cerca de esta área recreativa, pincha aquí.
Comenzaremos por la pista cortada con barrera. Caminamos por entre los pinares. Desde el inicio las vistas se tornan preciosas. Andamos por pista forestal. Tiende hacia arriba, pero en principio no tiene casi dificultad.
Pasados unos kilómetros nos encontramos con el primer desvío. Tomaremos la dirección Poyos de la mesa.
A partir de aquí el camino empieza a picar muy para arriba. La verdad es que se hace un poco duro, pero merece la pena el sacrificio para ver lo que nos vamos a encontrar más arriba.
Tras unos kilómetros de pronunciada subida llegamos a un cruce de caminos, donde el sendero se vuelve llano, la dura subida ha terminado. Si seguimos a la izquierda nos vamos para los Poyos de la mesa, pero en este caso tomaremos el camino de la derecha, para bajar a ver uno de los sitios más bonitos a mi gusto de la Sierra, que es la Cerrada del pintor. (más tarde volveremos sobre nuestros pasos a este camino).
Empieza una ligera bajada hacia la Cerrada del pintor.
A lo largo del camino observando hacia la izquierda podemos ver unas buitreras en las rocas de la montaña.
Nos encontraremos con un riachuelo que corta el camino y detrás una pequeña explanada. Esto indica que estamos al inicio de la Cerrada. Unos metros más adelante nos vamos a encontrar lo que hemos venido a buscar. La Cerrada propiamente dicha.
Iremos bordeando el riachuelo, junto a su cauce, por un camino casi inexistente. Habrá momentos que casi tengamos que mojarnos un poco las botas, todo dependerá de lo que haya llovido esa época.
Un cauce seco del río con un suelo de chinorros será la antesala de este lugar tan maravilloso.
Tendremos que sortear una serie de pequeños obstáculos sin mayor dificultad, como troncos caidos, rocas desprendidas, pero no tiene nada de dificultad atravesarlos.
Ya sólo nos queda deleitarnos con lo que vemos.
Nosotros avanzamos hasta que una balsa de agua que nos llegaría más o menos por la cintura nos impidió seguir adelante.
Aquí os dejo un sencillo vídeo que grabé con el móvil.
Ahora nos queda volver por el mismo recorrido hasta llegar al cruce de caminos que conduce a los Poyos de la Mesa. Las vistas son como os digo impresionantes.
El camino pica para arriba, pero en ningún caso la subida es tan dura como el que tuvimos que afrontar al inicio de la ruta. Subiremos hasta que lleguemos a la planicie de Los Poyos de la mesa.
El lugar es precioso y las vistas son increíbles.
Tras un merecido descanso y la ingesta de algún alimento ya sólo nos queda iniciar la bajada camino del punto de inicio.
Hay que tener cuidado, porque la senda se está perdiendo. La hierba la va tapando poco a poco.
En plena bajada, nos encontramos con otra sorpresa agradable que la naturaleza nos ha preparado. Se trata del pino abuelo. Un pino de un considerable tamaño que un rayo secó y que perdura como un guardián a lo largo de los años.
Seguimos bajando por un sendero casi perdido...... Un viejo puente y el cauce de un arroyo nos indica que nos quedan muy pocos metros para volver al lugar desde el que iniciamos la ruta.
Espero que si realizáis esta ruta disfrutéis tanto como lo hicimos nosotros en su día.
Os comparto el enlace de la ruta para que la uséis en vuestro gps.
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